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E. Kant -intro-






Un hombre preclaro, hijo de su tiempo, la Ilustración, pero capaz de alzar la mirada más allá de las circunstancias y su propia historia. Un hombre integrador y con una claridad meridiana, pese a sus largos párrafos, a veces intrincados. Y, sin embargo, cuán complicada parece ser la explicación de su pensamiento.
 

Este ecuánime ilustrado no dejará de estar en lospostulados de cualquier elaboración que se precie de cierta calidad. Kant, como su apuesta por la permanencia de la metafísica, habrá de ser mirado para intentar un nuevo planteamiento pues, como ya señalara Nietzsche, fue el único que supo, con acierto, determinar la posición de todo conocimiento y toda reflexión.

 La Ilustración fue definida por Kant como “la salida del hombre de la minoría de edad”, fuere ésta por propia irresponsabilidad o por la imposición que otros pudieran ejercer sobre él. La Ilustración es la culminación de las expectativas generadas en el Renacimiento al romper con las imposiciones del Medievo. La clave fundamental es que el ser humano es el protagonista, el artífice de su propia vida, autónomo, y, por tanto responsable de sus producciones y de sus acciones. El ser humano pues, empieza a  ser concebido como el único responsable del quehacer de su construcción personal, moral y social. Esta misma concepción es plasmada por Kant en su filosofía crítica: en primer lugar, porque el ser humano es el que elabora el conocimiento, filosofía trascendental, un “giro copernicano” frente a los modelos epistemológicos defendidos por el empirismo y el racionalismo y, por tanto, el constructor de sus propias leyes morales, concepción supone un “giro copernicano” frente a las pretensiones epistemológicas dominantes en este período, el racionalismo desde las pretensiones de la metafísica y el empirismo desde el que la imposición de los objetos al sujeto cognoscente deriva en el escepticismo. En segundo lugar, en el plano moral, la superación de las éticas materiales, donde los medios para alcanzar un fin son propuestas con fuerza de verdad, como el emotivismo “irracional” del empirismo.

Si las claves fundamentales de la Ilustración son: la racionalidad como facultad crítica para hallar los fundamentos que acaben con toda imposición por autoridad o tradición, con toda superstición e irracionalidad en la concepción de la realidad. Tal actitud conllevará a la necesidad de nuevos modelos sociales fundamentados sobre las teorías del contrato social marcadas por Hobbes y Locke, desde donde el propio Kant establecería su reflexión desde la “insociable sociabilidad del ser humano”, como inicio de la tendencia natural del ser humano a la socialización, fundamentado sobre el cosmopolitismo estoico, desde donde nuestro pensamiento contemporáneo elabora la necesaria ciudadanía y la base de los Derechos Humanos. Tales planteamientos se asentarán sobre la preocupación antropológica que Kant desarrolla desde su investigación sobre “¿Qué puedo conocer?, ¿Qué debo hacer? y ¿Qué me cabe esperar?”. La naturaleza como modelo que purifica al ser humano de los convencionalismos irracionales de la sociedad, el fanatismo y el dogmatismo. Una concepción nueva del ser humano elaborado por Rousseau en “El Emilio” que despierta la concepción del buen salvaje y la bondad humana por naturaleza y, en consecuencia, una teoría sobre el contrato social contrapuesta al “homo homini lupus” que generó la concepción de Hobbes. La igualdad originaria de todos los hombres, principio estoico que renueva Kant,  es asumida desde las condiciones comunes, necesarias y universales a todo sujeto cognoscente propuesto e investigado en la “Crítica de la Razón Pura”, la filosofía trascendental, base de la filosofía crítica. La idea de progreso desde la conquista de la verdad como fundamento del desarrollo científico y técnico que permita el común desarrollo de la sociedad, el bienestar y la justicia. Esperanza está que nuestro autor encuentra fundamentada en la complementariedad de la doble dimensión de la racionalidad humana, la teórica y la práctica. Esta distinción es posible gracias al “tesoro” de la filosofía crítica que establece los límites del conocimiento y la posibilidad de pensar, como función reguladora que orienta el conocimiento y la acción. Dejando pues al hombre como protagonista, a su racionalidad, es de subrayar la coherencia de máxima en el artículo “¿Qué es la Ilustración?”, “ Sapere aude!”.


El punto de partida de Kant es el intento de solucionar el conflicto entre los intereses teóricos y prácticos de la Razón (entre la ciencia y la moral). En este intento, es importante saber cuáles son las capacidades de la Razón.

Kant comienza por establecer tres intereses de la Razón (que es lo que constituye la esencia del hombre). Éstos consistían en contestar a tres preguntas: ¿Qué puedo saber?, ¿Qué debo hacer? Y ¿Qué me cabe esperar?
A la primera pregunta contesta Kant con la C. de la R. Pu. En ella se lleva a cabo el análisis de  la Razón pura, con el objeto de saber que pone la Razón por sí misma (es decir  a priori). En el conocimiento. En el conocimiento intervienen dos facultades la sensibilidad y el entendimiento. La sensibilidad es la capacidad por la cual los objetos nos son dados: para ello organiza (sintetiza) las impresiones bajo las reglas espaciotemporales. El entendimiento es la capacidad de comprender, de pensar lo dado; para ello subsume eso bajo las categorías (sintetiza un objeto y un concepto), formando un juicio.
Sinteticémoslo a modo de fórmula:

Espacio, tiempo y categorías, constituyen la forma de la experiencia, impuesta a priori por el sujeto cognoscente. Las impresiones sensibles constituyen la materia de la experiencia, y vienen dadas al margen del sujeto cognoscente. Ambas, forma y materia, son esenciales para que haya experiencia (a la que Kant llama mundo fenoménico, y a sus objetos, para distinguirlos de la realidad en sí, a la que llama mundo nouménico) y, por lo tanto, conocimiento científico. Dado que una de las categorías es la causalidad, en el mundo de la experiencia rige un determinismo absoluto.

Pero la Razón es la facultad de realizar síntesis, intenta organizar la experiencia en una totalidad, buscando un fundamento absoluto de todo el conocimiento. Así surgen las ideas de la razón: el alma (síntesis de la experiencia interna), el mundo (síntesis de toda experiencia externa) y Dios (síntesis de toda experiencia posible). Estas ideas sirven para regular la experiencia (ara organizarla en un sistema racional). El problema surge cuando al pensar dichas ideas les aplicamos las categorías del entendimiento. Al hacerlo las transformamos en objetos de experiencia, cosa que no son. Y así surgen los embrollos de la metafísica especial: emitimos juicios indemostrables acerca del Alma (paralogismos), acerca de Dios intentos de demostrar racionalmente que Dios existe), y juicios contradictorios acerca del mundo (las antinomias). El uso científico de la Razón debe atenerse, pues, a los fenómenos.

Todo el material lo puedes encontrar aquí.

Aquí os facilito un manual para que podáis repasar dede la p. 259.

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